Desde
tiempos inmemorables la humanidad ha aprendido a adaptar sus procesos de
construcción del conocimiento en función del medio que le rodea propiciando el
desarrollo de estrategias metodológicas que favorecen a la construcción de
nuevos paradigmas frente a la educación. De forma consiente hemos fundado los
cimientos de nuestra civilización desde la identificación de aquellos elementos
que se hacen primordiales para la subsistencia y crecimiento de nuestra especie,
y por lo tanto aprendimos a dar sentido a la palabra educación. Partiendo de la
anterior idea se han validado diferentes formas de entender los procesos de
enseñanza y aprendizaje, intentando reconocer la relación existente entre el
pensamiento, el aprendizaje, la escuela y el contexto sociocultural.
Ahora
bien, una de las principales conclusiones a las que han llegado los diferentes
pensadores y analistas del proceso de aprendizaje es que como especie social
construimos nuestro conocimiento desde la identificación de las relaciones
existentes en el mundo, y por lo tanto necesitamos contrastar nuestras ideas
con el mundo que nos rodea, dando validez y significado a lo que aprendemos.
Durante mucho tiempo se ha comprendido que la construcción del conocimiento
debe ser el resultado de una interacción social, donde diferentes factores
posibiliten el enriquecimiento intelectual desde la mediación, la confrontación
y el análisis de los diferentes imaginaros que conforman el conocimiento. Por
tal motivo, a nivel internacional se ha aceptado la idea de establecer escuelas
o centros educativos donde el aprendizaje se produzca por medio del consenso de
un colectivo, procurando comprender el mundo y la realidad desde diferentes
disciplinas que integren y desarrollen nuevos aprendizajes.
Es
así que debemos entender que como seres sociales estamos predispuestos para dar
sentido al mundo que nos rodea desde el reconocimiento colectivo de los
saberes, de manera que por medio del dialogo, la discusión, la interpelación y
cualquier tipo de interacción social los humanos llegamos a generar diferentes
relaciones mentales.
Entonces,
también debemos reconocer que la comunicación es esencial para la construcción
de conocimiento, porque como individuos no podemos validar un aprendizaje si no
somos capases de socializarlo o demostrarlo a nuestros pares. En palabras de
Henry Jenkins “La educación del siglo XXI debe atender las habilidades sociales
necesarias para la cultura de la participación”, y es así que se hace preciso
establecer que aunque la información sea la base para construir nuevos saberes,
cuando logramos aplicar dicho conocimiento en función de un colectivo
determinado es cuando le damos sentido, valor y significado a los que
aprendemos. Y en igual medida debemos reconocer que la evolución de los
sistemas educativos ha favorecido el crecimiento intelectual de las
comunidades, quienes se han dispuesto con posturas más críticas y
participativas en la construcción de nuevas formas de entender el mundo.
Por
lo tanto, cuando hablamos de la evolución de los medios de comunicación,
indudablemente debemos hacer referencia a la vanguardia y resultado del
complejo proceso de transformación tecnológica que hoy nos ha entregado una
herramienta multidisciplinar que de manera efectiva diversifica la comunicación
bidireccional e interconecta a la población mundial, generando nuevas
posibilidades de desarrollar aprendizajes colaborativos de índole universal, y por
supuesto hablamos de la internet.
Internet
se ha convertido en un sistema complejo pero accesible que facilita los
procesos comunicativos diversificados que en concordancia potencializan la
construcción del conocimiento. De igual forma podemos afirmar hoy que internet
es considerada como la mayor fuente de información creada por los seres humanos,
y que debido a sus propiedades ha logrado promover el intercambio y
socialización del conocimiento. Es por esto que innegablemente cada una
herramientas con las que cuenta la internet resulta enriquecedora para en el desarrollo
cognitivo de los individuos que acceden a ella, sin importar la naturaleza de
los contenidos ofertados en ella.
Ahora
bien, tenemos que reconocer que en la internet se han dispuesto para el uso de
la comunidad global herramientas tan variadas como las redes sociales, las
cuales representan un paradigma de las nuevas comunicaciones integrándolas a
las ciber-sociedades florecientes. Las redes sociales han surgido de la
necesidad de revitalizar la comunicación entre individuos que se identifican
con los mismos intereses y desean compartir sus experiencias e ideas en
espacios que están dispuestos para el dialogo, la reflexión y el ocio.
Por
lo tanto debemos entender que las redes sociales son más que espacios ceñidos a
intereses banales, sino que ciertamente promueven el intercambio cultural, el
dialogo específico sobre diversos tópicos y el desarrollo de nuevas modalidades
comunicativas que potencializan el desarrollo intelectual de quienes las
utilizan. En principio, es factible que aquel que vea las redes sociales con
una mirada desprevenida afirme que son espacios inadecuados para el desarrollo
del conocimiento, porque la variedad de sus componentes dificulta la
objetividad, la severidad y el rigor para el desarrollo de estructuras mentales
superiores de análisis, pero sin lugar a dudas estos espacios brindan una flexibilidad
que permite su utilización de diversas formas, condensando información verídica
o confrontable, interesante y concreta con múltiples estrategias discursivas
que pueden enriquecer diferentes procesos de aprendizaje, dependiendo de la
forma en que dispongamos a la comunidad para utilizarlas.
Entonces
debemos reconocer que como todo producto de la invención humana la internet es
una herramienta que posibilita múltiples aplicaciones y formas de utilización,
y en consecuencia se hace necesario pensar en cuál es la utilidad positiva que
esperamos de las redes sociales dependiendo del contexto en el que deseemos
trabajar con ellas. En el caso de los espacios educativos debemos considerar a
las redes sociales como potenciales medios que revitalicen la comunicación
pedagógica y didáctica en los aspectos formales e informales que permitan la
construcción de nuevos conocimientos.
Debemos
reconocer que la labor del docente necesita adaptarse a la época y los
adelantos tecnológicos que se le brindan para desarrollar diversos procesos de
enseñanza y aprendizaje, justificados desde la teoría cognitiva que promueve el
aprendizaje holístico mediado por múltiples estímulos, la construcción social
de ideas y el dialogo propositivo desde los aprendizajes logrados por los
individuos.
Referencias Bibliográficas.
Romero,
Paola. Galeano, Luciano. El impacto de las redes sociales en la educación. FCEyT,
Universidad Nacional de Santiago del Estero, Av. Belgrano (s) 1912, 4200
Santiago del Estero, República Argentina. Recuperado de:
José
Sanz. (2006). Elementos para un marco conceptual sobre la incorporación de las
TIC en la educación. Juan. Recuperado de: https://es.slideshare.net/xiomaraj/elementos-para-un-marco-conceptual-incorporacion-tic
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